Quiénes son los guardias de negro que patrullan los recodos del barrio Meiggs

El calor golpea rudo en Santiago, mientras multitudes de personas repletan las calles para hacer sus compras de Navidad. El Barrio Meiggs, es uno de los sectores más concurridos por compradores y pequeños comerciantes que buscan surtir sus negocios. Este año, sin embargo, no estan solos. Entre la gente, en calles como San Alfonso, Grajales y Gorbea, deambulan los nuevos guardias privados de esa zona.

No es difícil identificarlos. Visten de negro, con chalecos aparentemente antibalas, jockeys en el tono y radiotransmisores bien cableados. Pero también suman otro detalle llamativo: un “parche” con una pequeña bandera de la República Popular China. Algunos tienen el emblema de Chile junto al del país asiático. Se comunican con sus pares durante las rondas y portan un bastón disuasivo.

Se trata de un grupo de efectivos que a pleno sol realiza recorridos de vigilancia. Aunque declinan dar entrevistas y detallar a qué empresa pertenecen, algunos comerciantes aclaran que trabajan para los centros comerciales de origen chino y que serían más de una decena en todo Meiggs.

“Definitivamente, no hay policías en las calles y sabemos que hay verdaderas bandas que ingresan a los locales con la intención de robar”, señala Romina Rice, de la Tienda Santa Juana, añadiendo que la presencia de estos vigilantes los ayuda.

Agrega que los empresarios de origen asiático han extremado la vigilancia luego del estallido social. Al igual que en otras ciudades, como Concepción o Valparaíso, ellos mismos resguardaron sus negocios por las noches para evitar los saqueos, y luego, a partir de octubre, llevaron a este nuevo personal de vigilancia.

“A todos nos sirve que haya guardias, especialmente por el temor que quedó a que suceda algo”, añade Romina. La presencia de estas personas también es útil -dice- para evitar el robo de vehículos.

April Toledo, administradora de la empresa Barrio Meiggs, cuenta que en los últimos meses, tras la crisis social, han notado una disminución en la cantidad de policías, lo que llevó a que los empresarios se organizaran: “Esto sirve para que los delincuentes se alejen”, reconoce. Sin embargo, lamenta que esta iniciativa pueda ser tomada solo por algunos empresarios, pues los más pequeños no pueden pagar ese tipo de resguardos.

Plan de seguridad


Para reforzar la seguridad en las comunas, el intendente metropolitano, Felipe Guevara, informa que la semana pasada se sumaron 300 efectivos de Carabineros en las calles, destinados, entre otras cosas, a fiscalizar a los vendedores ambulantes. “Trataremos de ir copando los espacios para ayudar al comercio legal”, añade.

Sobre la presencia de guardias privados en ciertos barrios, la autoridad aclara que “es comprensible que algunos mejoren su seguridad en una época donde concurre mucha gente a comprar, pero también a delinquir”.

El alcalde de Santiago, Felipe Alessandri, admitió que tras el 18 de octubre, Carabineros se abocó a labores en el eje Alameda y barrios como San Borja y Lastarria, “y nos vimos despoblados de policías en el casco histórico, Meiggs y Franklin, por ejemplo. Ha sido difícil, porque los ambulantes se han tomado el espacio y con una prepotencia inusitada”.

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